No siempre se nota por fuera, pero por dentro… algo duele. Y no es fácil explicarlo. Hay días donde haces todo bien, pero sientes que algo está mal. Nadie lo ve, porque aprendiste a esconderlo bien. Pero hay un momento en que incluso los fuertes necesitan descanso. Este mensaje es para los que sonríen, pero ya no pueden más. Para los que han dado todo, pero sienten que ya no les queda nada. No es un mensaje común, es una cita con el Dios que no grita, pero susurra justo cuando más lo necesitas.