Cada persona, en algún momento, siente el peso de la soledad.
La tecnología nos ofreció más conexión, pero nos provocó más soledad.
La soledad puede magnificar el sentirnos:
•Atrapados
2 Timoteo 4:6
Porque yo ya estoy para ser derramado como una ofrenda de libación, y el tiempo de mi partida ha llegado.
•Abandonados
2 Timoteo 4:9-12
9 Procura venir a verme pronto, 10 pues Demas me ha abandonado, habiendo amado este mundo presente, y se ha ido a Tesalónica. Crescente se fue a Galacia y Tito a Dalmacia. 11 Sólo Lucas está conmigo. Toma a Marcos y tráelo contigo, porque me es útil para el ministerio. 12 Pero a Tíquico lo envié a Efeso.
2 Timoteo 4:16
En mi primera defensa nadie estuvo a mi lado, sino que todos me abandonaron; que no se les tenga en cuenta.
•Lastimados
2 Timoteo 4:14-15
14 Alejandro, el calderero, me hizo mucho daño; el Señor le retribuirá conforme a sus hechos. 15 Tú también cuídate de él, pues se opone vigorosamente a nuestra enseñanza (nuestras palabras).
¿Cómo debemos responder ante la soledad?
•Sigue creciendo—aun en tiempos difíciles.
2 Timoteo 4:13
Cuando vengas, trae la capa que dejé en Troas con Carpo, y los libros, especialmente los pergaminos.
•Apóyate en Dios para fortalecerte.
2 Timoteo 4:17
Pero el Señor estuvo conmigo y me fortaleció, a fin de que por mí se cumpliera cabalmente la proclamación del mensaje y que todos los gentiles oyeran. Y fui librado de la boca del león.
•Crea tu comunidad—no la esperes.
2 Timoteo 419-22
19 Saluda a Prisca (Priscila) y a Aquila, y a la casa de Onesíforo. 20 Erasto se quedó en Corinto, pero a Trófimo lo dejé enfermo en Mileto. 21 Procura venir antes del invierno. Eubulo te saluda, también Pudente, Lino, Claudia y todos los hermanos. 22 El Señor sea con tu espíritu. La gracia sea con ustedes.
•Vive con un propósito eterno.
2 Timoteo 4:7-8, 18
7 He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he guardado la fe. 8 En el futuro me está reservada la corona de justicia que el Señor, el Juez justo, me entregará en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman Su venida (manifestación).
18 El Señor me librará de toda obra mala y me traerá a salvo a Su reino celestial. A Él sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
La soledad es real, pero en Jesús, no tiene que ser el final.